22 octubre 2009

Economía española. La burbuja se aproxima al clavo

Por: Bernardo Veksler (desde Madrid, especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:21/11/2006)
Información Adicional
Tema: Situación económica española
País/es: España





Mientras la economía española sigue dando muestras de relativo vigor, se están advirtiendo densos nubarrones en su horizonte. La construcción ha sido el gran motor de la expansión, pero se está cargando de indicios alarmantes: los principales operadores aconsejan no invertir en España, todos los días se desata un nuevo escándalo de corrupción vinculado al manejo de la tierra pública o preservada, crece el endeudamiento familiar, la morosidad crediticia y el lavado de dinero.

La economía española continúa demostrando índices de crecimiento superiores al promedio de la Unión Europea. En efecto, la tasa interanual durante el tercer trimestre del año indicó que la expansión económica creció en el 3,8 por ciento del producto interior bruto y en un 0,9% con respecto al trimestre precedente.

Pero, numerosos empresarios comienzan a vislumbrar que el ciclo de apogeo inmobiliario está llegando a su fin. Así se expresaron en el transcurso del Simposio de Barcelona Meeting Point, celebrado en los primeros días de éste mes. Exponentes de ese sector consideraron que difícilmente se salga bien del boom de la vivienda por el sobreendeudamiento y aconsejaron evitar España en sus inversiones futuras.

Otro síntoma del agotamiento del sector se percibe en que los precios de los inmuebles se incrementan a un ritmo menor. En cinco años, los precios de la vivienda residencial se han duplicado, pero en los últimos meses se ha producido una brusca desaceleración. No obstante se mantienen algunas situaciones absurdas como que en el costo de vivienda la incidencia del valor de la tierra es de más del sesenta por ciento y que el departamento más barato de Madrid cuesta 96.162 euros, a pesar de medir tan sólo catorce metros cuadrados.

Esa ralentización de la evolución de los precios ha limitado las posibilidades de obtener rentabilidades interesantes para los fondos de inversión inmobiliaria y otros productos financieros que buscan rendimientos en las propiedades. Como consecuencia de ello, los empresarios acostumbrados a altos réditos comienzan a buscar otros horizontes para sus inversiones. Los primeros destinos se encuentran en París, Roma y Alemania, también observan con interés a los países del Este que están en proceso de incorporación a la Unión Europea.

Algo huele a podrido

Otro de los elementos que explican el auge de la economía española se encuentra en las cifras siderales de dinero negro que circula dentro de sus fronteras y que tiene estrechas vinculaciones con el mercado inmobiliario y con la corrupción institucional. Un indicio de ello es el volumen que representan los billetes de quinientos euros, ya que suponen el 61,58 por ciento del total del dinero circulante y un tercio de todos los billetes de ese valor existentes en la UE. Mientras la inmensa mayoría de los españoles no ha visto en su vida un papel moneda de esa cifra, existe un aumento constante de la demanda de billetes de 500 euros, que refleja el auge que la economía sumergida tiene en España y que se la ubica en el orden del 20 por ciento del PBI.

Hubo demasiados indicios de la presencia de mafias de diversos orígenes (italianas, rusas, árabes, etc.) que actuaban sin mayores impedimentos ante la vista gorda de las autoridades.

El volumen que fueron adquiriendo estas transacciones non sanctas provocó algunas reacciones desde el poder para contrarrestarlas. Durante los doce meses siguientes a junio de 2005 las autoridades policiales decomisaron bienes por cuatro mil millones de euros, cien veces más que lo incautado en 2000.

Casi simultáneamente comenzaron a destaparse los negociados existentes en torno al mercado inmobiliario. Desde que se explotó el escándalo en el Ayuntamiento de Marbella, en marzo pasado, prácticamente todos los días se suman nuevos indicios de que la red de corrupción que vincula políticos, constructores y propietarios de tierras está extendida a toda la geografía española sin excluir a partidos ni a poderes.

En tierra marbellí se gestó la más gigantesca maquinaria de corrupción, instituida por el polémico alcalde Jesús Gil. Desde 1991, el fallecido presidente del Atlético de Madrid dio riendas sueltas a la habilitación de tierras para urbanizaciones, a la lucrativa connivencia entre funcionarios, magistrados, constructores y escribanos, y todo tipo de operaciones de lavado de dinero. Se estima que de las cerca de sesenta mil viviendas construidas, al menos la mitad son ilegales.

Era tan desembozada y generalizada la corrupción que desbordó los contornos institucionales que la contenía e hizo saltar por los aires toda la escandalosa trama de negociados e inusitados enriquecimientos. Comenzaron a confirmarse las sospechas y decenas de personajes fueron involucrados en el proceso judicial, veintisiete ex ediles quedaron procesados y tres alcaldes encarcelados.

En estos meses, cada vez que el tema fue tratado en algún programa radial, al instante comenzaron a ponerse al rojo vivo los teléfonos con las denuncias de los oyentes sobre similares operaciones efectuadas por todos los rincones de España, desde pequeñas aldeas hasta grandes ciudades.

Todo el territorio español está cruzado de denuncias de negociados y entre los señalados por el dedo de las sospechas y procedimientos judiciales se encuentran dirigentes de Partido Popular, del PSOE, de Izquierda Unida y de otros partidos.

Deuda grande y bolsillo estrecho

Por otro lado, a pesar de la desaceleración de los últimos meses, el valor de la vivienda no ha dejado de crecer, alcanzando una suba del 150 por ciento de los precios que ostentaba en 1998, mientras los salarios apenas lograron la quinta parte de esa revalorización.

De esta manera, no es de extrañar que el endeudamiento de las familias españolas alcance ya al 115 por ciento de su renta bruta disponible. El aumento de los tipos de interés hacen más gravosa aún la carga y el esfuerzo financiero que tienen que hacer los individuos para adquirir una vivienda.

En este sentido, la creciente morosidad de los saldos de las tarjetas estaría dando el primer toque de atención. Un análisis realizado por el BBVA parte de la información suministrada por más de 270 entidades que tienen registradas 2,5 millones de operaciones morosas por importe de 7.175 millones de euros en el periodo de enero del 2005 a junio del 2006. En igual periodo, el índice de tarjetas en mora creció el 12 por ciento y el número de créditos de consumo en mora subió el 10 por ciento.

Por la vía de la disminución de la plusvalía empresaria que reorienta las inversiones, por el límite alcanzado por la tolerancia oficial a la gigantesca corrupción inmobiliaria y lavado de dinero, y por el exceso de endeudamiento popular, la burbuja económica que potenció la España posfranquista está acercándose peligrosamente a un clavo amenazante.


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Una visión critica de la conquista de América

Por: Bernardo Veksler (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:12/10/2006)


El primer impacto fue el asombro, luego el miedo ante los cañones de bronce, arcabuces, mosquetes, pistolones y la fuerza mágica del hombre blanco subido a un caballo. Los invasores aprovecharon el desconcierto y dominaron fácilmente a las sociedades más desarrolladas de los aborígenes americanos, que eran más populosas e imponentes que las existentes en Europa.

El arribo de Cristóbal Colón a América fue un emprendimiento que hizo posible uno de los hechos más destacados de la historia de la humanidad. A partir de esa fecha, en menos de un siglo se pudo alcanzar a conocer la dimensión total del planeta. Se vincularon así mundos desconocidos entre sí con los más diversos estadios de desarrollo. La ventaja para los europeos fue conocer la pólvora, la brújula, el papel y la imprenta, entre otras adquisiciones.

El solo hecho de pisar tierra americana produjo una espectacular cadena de acontecimientos que transformó y dinamizó la historia de la humanidad. El descubrimiento de oro y plata en el continente desataron un verdadero aluvión colonizador. Centenares de expediciones y millares de hombres fueron tras los pasos de las noticias de fabulosas fortunas. En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de plata y unos 200 toneladas de oro arribaron a España y potenciaron el incipiente desarrollo comercial y manufacturero, que abrió las compuertas a la Revolución Industrial y al desarrollo capitalista de Europa.

La navegación superó todos los límites y se aventuró hacia todos los rincones del planeta, el conocimiento del mundo comenzó a ser posible, el comercio empezó a diseñar el mercado internacional y el desarrollo económico que terminarían por sepultar definitivamente a la sociedad feudal y al absolutismo monárquico.

La ambición no encontró barreras infranqueables. En pocos años la inmensidad americana dejó de ser inexpugnable y españoles, portugueses, británicos, holandeses y franceses se disputaron el gigantesco botín.

Un siglo después de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón al mar Caribe, de los más de 70 millones de indígenas preexistentes sólo quedaban tres millones y medio de almas. Primero, fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión. Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias.

La casi extinción de la población nativa generó otro genocidio; al propiciar el repudiable comercio de seres humanos, al arrancar millones de africanos de su tierra ancestral para traerlos a nuestro continente como mano de obra esclava.

Medio milenio después, no se puede ocultar el exterminio indígena, salió a la luz otra versión de la historia, atrás quedaron definiciones como el “Descubrimiento de América”, que pretendía ignorar la existencia de millones de seres humanos que habían descubierto el continente miles de años atrás. También quedó demodé la más reciente definición de “Encuentro de dos mundos”, cuando en realidad subyace el aplastamiento de uno por otro.

No se puede dejar de reconocer que la llegada europea a costas americanas produjo un avance notable de la humanidad, pero el progreso no puede ocultar la magnitud de sangre derramada.

La sociedad capitalista se concibió a partir de la sangre, la esclavitud y el saqueo impulsado por las potencias europeas de la época.

El encontronazo del 12 de octubre de 1492

Las hipócritas denominaciones con que fue conmemorado el aniversario de la llegada de las naves de Colón a tierras americanas pusieron de manifiesto el intento de disimular, encubrir y minimizar los crímenes cometidos. Celebrar “el descubrimiento de América” significaba omitir, nada menos, que existían unos setenta millones de seres humanos que ya habían descubierto al continente y vivían en él. La denominación improvisada en medio del debate de “encuentro de dos culturas” o “de dos mundos” fue un hábil intento de falsificar la historia, dado que ese encuentro no tuvo nada de protocolar o pacífico como cínicamente pretendieron sus ideólogos y difusores.

El genocidio desatado, el saqueo de sus incalculables riquezas y el sometimiento de los supervivientes presentan un cuadro muy distinto al pretendido y mucho más próximo al de un verdadero “encontronazo” donde el desequilibrio tecnológico impuso sus trágicas desproporciones.

La expedición de Colón fue la más destacada empresa de las que hicieron posible uno de los acontecimientos más importantes de la historia humana: tomar conciencia de la magnitud del planeta y poder comunicar sus diversos puntos geográficos. Se relacionaron mundos antes desconocidos entre sí, algunos en estadios muy primitivos de desarrollo otros más avanzados como los europeos, que ya conocían la brújula, la pólvora, el papel y la imprenta.

Se modificaron las economías cerradas de esos países para constituir un mercado mundial. “Los descubrimientos de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, la esclavización de las poblaciones indígenas, forzadas a trabajar en el interior de las minas, el comienzo de la conquista y del saqueo de las indias, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros, son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista (...) Las riquezas apresadas fuera de Europa por el pillaje, la esclavización y la masacre refluían hacia la metrópolis donde se transformaban en capital” (1); “...el capitalismo aparece sudando sangre y lodo por todos sus poros...” (2).

El oro y la plata americanos contribuyeron a formar los primeros grandes capitales europeos, que dinamizaron la economía y detonaron la Revolución Industrial.

Así se fue gestando la sociedad capitalista que, como contrapartida, significó un importante avance en la historia de la humanidad. El capitalismo desplegó sus máximas posibilidades de desarrollo en los países más avanzados de la época, donde se produjeron los saltos más dinámicos en la primitiva acumulación de capital, basados esencialmente en el pillaje y la repartición del mundo.

Simultáneamente, se generó un desarrollo incesante en las ciencias, en el conocimiento, en las técnicas productivas, en las posibilidades de consumo y supervivencia, etc.

El capitalismo logró cumplir un rol progresivo sólo interrumpido por las crisis cíclicas que desquiciaban periódicamente la producción y su economía, dejando en evidencia las limitaciones del sistema.

A pesar de este notable aporte a la evolución humana, el capitalismo desde sus primeros pasos denotaba características salvajes, corruptas e inhumanas que hoy se explayan en su total plenitud.

Europa, 1492

La llegada europea a América motorizó una serie de elementos que hasta ese entonces se manifestaban en forma embrionaria y que provocaron un verdadero sacudón en la sociedad que comenzaba a desperezarse de la economía medieval.

A fines del siglo XV, en el continente europeo surgían y se desarrollaban las producciones artesanales que comenzaron a impulsar la vida comercial y a dinamizar la economía. Las monarquías iniciaron un proceso de unificación de condados, principados y regiones autónomas insumiendo mayores gastos a sus aparatos estatales; simultáneamente, comenzaron a eliminarse algunas barreras aduaneras que posibilitaron la instauración de mercados regionales y luego nacionales.

El primer paso de las transacciones fue el trueque, ante los desiguales requerimientos surgía la necesidad de establecer compensaciones en valores internacionalmente aceptados, por lo general, se utilizó el oro, la plata y piedras preciosas.

“El descubrimiento de América se debió a la sed de oro que anteriormente había lanzado a los portugueses hacia tierras al Africa, porque la industria europea, enormemente desarrollada en los siglos XIV y XV, y el comercio correspondiente reclamaban más medios de cambio de los que podía abastecer Alemania la gran productora de plata entre 1450 y 1550...” (2)

El viaje de Colón hizo posible el desarrollo de las grandes compañías navieras, su consecuencia inmediata fue un impresionante desarrollo del intercambio regional y tasas de ganancia inusitadas, que alimentaron un formidable proceso de acumulación primitiva de capital, basados esencialmente en el pillaje, la apropiación de los conocimientos de los pueblos sometidos y de sus territorios.

El saqueo de América

La situación europea motorizó la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso para las monarquías. El propio diario de viaje de Colón tiene numerosas referencias a la obsesiva necesidad de encontrar oro. Los hallazgos de piezas ornamentales y rituales de los nativos constituyeron la primera fase del saqueo. En las islas de Cuba, Española y Puerto Rico en sólo dos o tres años se despojó a los nativos de todo el oro producido en casi un milenio (3).

Agotada rápidamente esa fase del saqueo, se pasó a la búsqueda desenfrenada de los yacimientos, derribando todo obstáculo que se erigiera en su camino.

“En menos de una década, los españoles exploraron casi todas las islas del Caribe, especialmente Cuba, Jamaica, Puerto Rico y La Española. En 1513, Balboa avistó el Pacífico. Durante la década de 1520-30, se inició la conquista México y Centroamérica. Y en la próxima, la de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile” (6).

Los primeros relatos difundían las condiciones para la captura de riquezas: “... por las faldas de esta cordillera se han hallado grandes mineros de plata y oro... y en todo el reino del Perú; y si hubiera quien lo sacase, hay oro y plata que sacar para siempre jamás; porque en las sierras y en los llanos y en los ríos, y en todas parte que caven y busquen, hallarán plata y oro” (4).

Las dificultades para la extracción comenzaron a resolverse a partir de los conocimientos de los propios nativos. “La causa esencial de esta rápida recolección de metales preciosos fue el grado de adelanto minero–metalúrgico que habían alcanzado los indígenas de América Latina. El desarrollo de las fuerzas productivas autóctonas permitió a los españoles organizar en pocos años un eficiente sistema de explotación. De no haber contado con aborígenes expertos en el trabajo minero resultaría inexplicable el hecho de que los conquistadores, sin técnicos ni personal especializado, hubieran podido descubrir y explotar los yacimientos mineros, obteniendo en pocas décadas tan extraordinaria cantidad de metales preciosos. En fin, los indios americanos proporcionaron los datos para ubicar las minas, oficiaron de técnicos, especialistas y peones, y aportaron un cierto desarrollo de las fuerzas productivas que facilitó a los españoles la tarea de la colonización” (6).

Entre 1503 y 1660 salieron desde tierras americanas hacia España, según constancias documentadas en Sevilla y Madrid, alrededor de 200 toneladas de oro y 17 mil toneladas de plata. Considerando una relación de once a uno entre esos dos metales, se llega a las dos mil toneladas de oro, esta acumulación de envíos valuados a precios actuales rondarían los 28 mil millones de dólares (5).
“Según las estadísticas más autorizadas, la producción de oro y plata indianos, entre 1503 y 1560 ha sido estimada por Soetbeer en 173 millones de ducados; por Lexis en 150 millones y por Haring en 101 millones” (6). Otras estimaciones mensuran en unas 90 mil toneladas de plata las extraídas de las entrañas americanas en el lapso comprendido entre 1500 y 1800 y su valuación se elevaría a unos 120 mil millones de dólares actuales (3).
ORO Y PLATA EXTRAIDOS DE LAS COLONIAS DE ESPAÑA (7)
(En kilogramos)
Período Plata Oro
1503-1510............-- ....4.965
1511-1520............-- ....9.153
1521-1530.............148....4.889
1531-1540..........86.193...14.466
1541-1550.........177.573...24.957
1551-1560.........303.121...42.620
1561-1570.........942.858...11.530
1571-1580.......1.118.591....9.429
1581-1590.......2.103.027...12.101
1591-1600.......2.707.626...19.451
1601-1610.......2.213.631...11.764
1611-1620.......2.192.255....8.855
1621-1630.......2.145.339....3.889
1631-1640.......1.396.759....1.240
1641-1650.......1.056.430....1.549
1651-1660.........443.256......469
TOTAL:.........16.886.815..181.333


“Con base a los datos que proporciona Alexander von Humboldt, se ha estimado en unos cinco mil millones de dólares actuales la magnitud del excedente económico evadido de México entre 1760 y 1809, apenas medio siglo, a través de las exportaciones de plata y oro” (11).

Para contar con una aproximación del formidable impacto que generó esta invasión de riquezas a territorio europeo, basta con tomar como referencia que la totalidad del oro existente para esa época en el “viejo mundo” se estimó en unos mil millones de dólares y la plata en unos mil quinientos millones de dólares actuales.

Las cifras del saqueo, con seguridad, deberían elevarse notablemente si se considerasen la cantidad de navíos hundidos, que son cuantiosos en las aguas del mar Caribe, en las costas chilenas y en la confluencia austral de los océanos Pacífico y Atlántico. La recuperación del cargamento de las bodegas, hace unos años atrás, de “El Preciado”, frente a costas uruguayas, fue valuado en cifras que oscilaban entre 600 y 3.000 millones de dólares. Sólo en las proximidades del río de la Plata existen otras ocho embarcaciones hundidas con sus bodegas repletas de oro y plata.

Por otro lado, habría que considerar la carga secuestrada por piratas y corsarios que fueron a parar a otras potencias europeas. “...el pillaje obtenido por (el capitán) Drake puede ser considerado con justicia como la fuente y el origen de la inversión externa británica. Con él, Isabel pagó la totalidad de su deuda externa e invirtió una parte del remanente en la Compañía de Indias Orientales, cuyos beneficios representaron, durante los siglos XVII y XVIII, la principal base de las ligazones externas de Inglaterra... Jamás hubo una oportunidad tan prolongada y tan rica para el hombre de negocios, el especulador y el aprovechador. En esos años de oro, nació el capitalismo moderno” (8).

El despegue capitalista

La reactivación comercial desembocará en la Revolución Industrial y en la liquidación de la sociedad medieval. Se genera así una división internacional del trabajo que adoptó formas de triangulación: América aportó oro, plata, materias primas y la mano de obra aborigen; Africa suministró la mano de obra esclava que sustituyó a los exterminados nativos americanos y Europa se llevó la parte del león, ya que produjo y comercializó los productos manufacturados a la vez que capitalizó las transacciones de los demás vértices de la triangulación.

España y Portugal, que fueron los primeros en avanzar en el proceso de la unidad nacional, indujeron a la revolución comercial; pero cada vez más su enriquecimiento fue agravando su dependencia con las naciones más industrializadas. Los ibéricos cumplieron un rol contradictorio, por un lado, fueron los agentes que fortalecieron a la incipiente burguesía europea, que se enriqueció aceleradamente y comenzó a enfrentar al absolutismo feudal hasta derrocarlo. En cambio hacia su interior tanto España como Portugal carecieron de una burguesía industrial, razón por la cual el flujo masivo de riquezas consolidó a la monarquía limitando el futuro de la fugaz prosperidad. Los principales acaparadores de oro y plata americanas fueron sólo un puerto de paso de esas riquezas, utilizado para las crecientes demandas del aparato estatal y de las multitudinarias nobleza y clero, su destino final fue capitalizar y expandir a la burguesía manufacturera francesa, flamenca e inglesa.

“La condición de acreedores del Tesoro, no sólo de Carlos V sino también de Felipe II, que vendía con anticipación los cargamentos de oro de las Indias para sostener aventuras militares y religiosas, permitió a los banqueros y comerciantes extranjeros controlar los metales preciosos y convertirse en los rectores de la economía española. Era uno de los tantos tributos que el pueblo español pagaba por la incapacidad sus clases dominantes para lograr la unidad nacional, el desarrollo de la industria y la creación del mercado interno” (6).

Los colonizadores americanos tuvieron un objetivo claramente capitalista. La organización de la extracción, tráfico y producción fue para generar ganancias prodigiosas y, sobre todo, proveer al mercado mundial.

“Si no inauguraron en el “Nuevo Mundo” un sistema de producción capitalista fue por la inexistencia de un ejército de trabajadores libres. Esta carencia obligó a los colonizadores a utilizar opciones no capitalistas como semiesclavitud y esclavitud. Sintetizando: producción y colonización por objetivos capitalistas, relaciones esclavas o semiesclavas de producción y denominaciones propias del feudalismo fueron los pilares sobre los que se asentó la Conquista de América” (9).

Primer genocidio

El primer impacto fue el asombro y el miedo ante los cañones de bronce, arcabuces, mosquetes, pistolones y la fuerza mágica del blanco subido a un caballo. Esto fue aprovechado rápidamente por los astutos españoles, que dominaron fácilmente a las sociedades más adelantadas de América: los sedentarios aztecas, incas y mayas. Estas sociedades habían llegado a formas sociales similares a las de los egipcios, asirios y caldeos, con la existencia de un estado e incipientes formas de explotación tanto de los sectores plebeyos como de las tribus vecinas que eran violentamente sometidas. Esto explica que las sociedades americanas más desarrolladas y poderosas, por sus contradicciones internas fueron las que más fácilmente fueron sojuzgadas.

En cambio, las tribus que adoptaban formas sociales comunistas primitivas, fueron las que más dificultades y resistencia ofrecieron al invasor. Las sociedades nómades dieron valientes batallas para enfrentar el sometimiento; pero la diferencia abismal de desarrollo económico y tecnológico, expresado en potencial bélico, hacía inexorable el resultado final.

“Los indios de América sumaban no menos de setenta millones y quizás más, cuando los extranjeros aparecieron en el horizonte. Un siglo y medio después se habían reducido en total a sólo tres millones y medio...” (10)

El genocidio comenzó a implementarse en la guerra de conquista. Luego, en la explotación inhumana de los socavones. Allí, los indígenas sufrían el desarraigo, al ser obligados a dejar sus tierras y familias; se les imponía un ritmo de trabajo para el que no estaban acostumbrados; los socavones les devoraban los pulmones y los dejaba rápidamente discapacitados. Algunos adelantaban el inexorable final con el suicidio, otros mataban a sus hijos para liberarlos del yugo inevitable y la capacidad reproductiva se deterioraba paralelamente al desinterés por la vida.

Puerto Rico es un ejemplo de ello, a la llegada de los españoles, la población indígena era de unas setenta mil almas; treinta años después, en 1530 –cuando se hace el primer censo- la población nativa era de 473 libres encomendados y 675 indios esclavos.

Las rebeldías de las tribus nómades fueron apaciguadas con la acción de la Iglesia, que los sometía por la vía religiosa para luego obligarlos a trabajar en producciones agrícolas, forzándolos a abandonar su vida ancestral dedicada a la caza, la pesca y la recolección, generando efectos similares a los socavones.

Otro importante porcentaje de nativos fue víctima de las enfermedades introducidas por los europeos, los organismos indígenas no estaban preparados para resistir a los virus y bacterias importados. Así, la viruela, tétanos, sífilis, tifus, lepra, entre otras, produjeron estragos. “Los indios morían como moscas; sus organismos no oponían defensas ante las enfermedades nuevas. Y los que sobrevivían quedaban debilitados e inútiles. El antropólogo brasileño Darcy Ribeiro estima que más de la mitad de la población aborigen de América (...) murió contaminada luego del primer contacto con los hombres blancos” (11).

América ofrecía enormes posibilidades de enriquecimiento y toda una jauría humana desembarcó en sus costas para cumplir con esos sueños de prosperidad a cualquier precio. “...la sistematización económica del inmenso espacio conquistado por los españoles puede ser resumida así: distribución de tierras en cantidad casi ilimitada a los conquistadores y atribución a los mismos de un gran número de indios adscriptos al trabajo forzado en esas tierras. Terminado el momento violento de la conquista no se puede decir que la colonización se haya desarrollado sobre principios diferentes” (12).

Otro genocidio lucrativo

El debate generado por el quinto centenario dejó a las claras la orgía de sangre desatada por el supuesto “encuentro de dos culturas”. El exterminio de la población nativa junto a las necesidades de mano de obra para ocuparla en las flamantes explotaciones dio lugar a una nueva rama económica del naciente capitalismo: el tráfico de esclavos.

Ingleses, holandeses y franceses se destacaron en este flamante negocio. Los cazaban como a animales en el Africa, luego los cargaban en los barcos para atravesar el Atlántico. Su primer destino eran las Antillas, luego prácticamente toda América.

Sólo entre 1680 y 1688, la Real Compañía Africana embarcó setenta mil negros, de los cuales sólo llegaron a las costas americanas unos 46 mil. En Haití, ingresaba un promedio de treinta mil esclavos por año. En 1789, la población de la mitad francesa de la isla Española era de cuarenta mil blancos y 450 mil negros.

La reconstrucción de los datos disponibles permite determinar que, en no menos de un siglo, se importaron unos diez millones de nativos africanos. Según fuentes inglesas, esa estimación se duplica.

Si se toma en cuenta que gran cantidad de africanos morían antes de pisar tierra americana, víctimas de las cacerías, en el traslado hacia los barcos, en las tortuosas travesías hacinados en las bodegas o en el desembarco, la cifra de seres arrancados violentamente de Africa puede elevarse a cuarenta o cincuenta millones desde que comenzó este sucio comercio hasta mediados del siglo diecinueve, provocando el arrasamiento de regiones, aldeas y etnias.

El censo de 1790 de Estados Unidos indicó que los esclavos sumaban 697 mil individuos. En 1861, esa cifra se elevó a más de cuatro millones.

Un miembro de la Cámara de Diputados de España, decía en 1870: “Un esclavo que por reglamento debía trabajar 16 horas en la zafra y ocho o nueve durante el resto del año. Un esclavo que recibe no más de una camisa, un calzoncillo, un pañuelo y un gorro. Un esclavo que se alimenta con seis u ocho plátanos, con ocho onzas de carne de bacalao o con cuatro de harina o de arroz. Un esclavo que llega con los dolores que ha sufrido desde que lo embarcaron en la costa de Africa, que llegó a la costa desde su lugar natal durmiendo en suelos húmedos, que es llevado a Cuba en un barco de 200 toneladas entre más de quinientos negros, con gérmenes de todo tipo de enfermedades, traspasan los mares con un 25 por ciento de bajas, es arrojado al mar como insignificante lastre si el buque zozobra...”, en estas condiciones el promedio de vida del esclavo no podía ser muy elevado. El esclavismo como toda forma de explotación creó su ideología justificadora, sosteniendo que los negros eran de naturaleza distinta, que se asemejaban a los monos, etc. (13)

El papel de la Iglesia

La conquista de América se ejecutó a través de la apabullante superioridad tecnológica y militar europea. Pero esta brutal dominación se complementó con la sutil participación de la Iglesia. Esta institución siempre cumplió un papel funcional a los que ostentaron el poder. Su actuación durante la conquista de América no fue muy distinta del rol cumplido en épocas más recientes, cuando cooperó con regímenes siniestros como los representados por Hitler, Mussolini, Franco o Videla.

Los religiosos buscaron congraciarse con los nativos al ofrecerles algunas formas de protección ante el salvajismo colonizador, para luego someterlos por la vía de la imposición cultural y el sometimiento ideológico.

El solo hecho de haber impuesto una creencia distinta, demuestra el profundo desprecio de los sacerdotes hacia las costumbres ancestrales indígenas. El objetivo de inculcar, catolicismo mediante, la resignación y la docilidad ante el nivel de explotación infrahumano permitió la incorporación de una cuantiosa mano de obra barata y útil para los proyectos de los europeos.

Las mitas y encomiendas sirvieron para organizar la explotación agropecuaria y minera, gran parte de ellas en beneficios de la propia Iglesia.

El rol perverso jugado por esta institución medieval fue tan notorio, que ante el debate desatado sólo pudieron erigir la figura del sacerdote Bartolomé de las Casas, con la intención de neutralizar su complicidad con la barbarie cometida. Pero el propio de las Casas fue un encomendero que empleó a los nativos para su enriquecimiento personal. Luego, cuestionó el sistema y se proclamó a favor de la introducción de negros africanos para reemplazar a los diezmados aborígenes antillanos.

Ante la contundencia de los argumentos, la Iglesia comenzó a ensayar disculpas y pedidos de perdón. Los obispos guatemaltecos así lo hicieron con el pueblo maya y rindieron homenaje a las creencias religiosas nativas “que veían en la naturaleza una manifestación de Dios” (14)

Muchos herederos de los que sufrieron en carne propia las atrocidades de los invasores europeos y el cínico papel de la Iglesia, aprovecharon la oportunidad del viaje de Juan Pablo II a Lima, en 1984, para entregarle una carta firmada por el Movimiento Indio Kollasuyo, el Partido Indio y el Movimiento Túpac Katari, de Bolivia y Perú, que en uno de sus párrafos decía lo siguiente: “Hemos decidido aprovechar la visita del Papa para devolverle su Biblia, pues en cinco siglos no nos ha dado ni paz, ni amor ni justicia... Por favor, llévese su Biblia y désela a nuestros opresores, cuyos corazones y cerebros necesitan más de sus preceptos morales... Recibimos la Biblia, que fue el arma ideológica del asalto colonialista. La espada española que de día atacaba y mataba cuerpos indios, de noche se volvía cruz que atacaba el alma india...” (15).

Las rebeliones

A pesar de la enorme desproporción de fuerzas, los sometidos por los conquistadores se rebelaron en innumerables oportunidades. Una de las más destacadas fue la del 4 de noviembre de 1780, liderada por José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru).

Sometidos por la escandalosa esclavitud de la mita, miles de indios trabajaban y morían en los obrajes y las minas. Durante años, antes de tomar la decisión de rebelarse, había buscado el apoyo de los obispos de Cuzco y La Paz y otros poderosos de América para frenar los abusos que se cometían con los indios. Pero nada había conseguido.

Desechados esos caminos, Túpac comenzó entonces a organizar secretamente el levantamiento que abarcaría todo el Altiplano y parte del noroeste argentino. El día del alzamiento comenzó con la detención del corregidor Antonio de Arriaga, quien fue ejecutado en la plaza de Tungusuca. Allí se convocaron miles de indios y mestizos que conformaron un ejército de desesperados, apenas armados de palos y cuchillos. Ante la multitud Túpac afirmó su intención de “cortar el mal gobierno de tanto ladrón zángano” y liberar, por igual, a indios y criollos. Comenzaron a avanzar, destruyendo a su paso los obrajes, pero el movimiento fue frenado y el líder detenido y torturado. Durante el tormento no reveló el nombre de ninguno de sus colaboradores, hasta que murió descuartizado (16).

Las rebeliones y masacres prácticamente abarcaron todo el continente americano. Tanto los indios del lejano oeste como los pampas y tehuelches reaccionaron con los malones y otras formas de resistencia al avance incontenible de los colonos blancos. Diaguitas, quilmes y mapuches, entre cientos de etnias, expresaron también su valiente rebeldía.

Los esclavos traídos de Africa también protagonizaron rebeliones. En 1522, los esclavos de Diego Colón –hijo de Cristóbal- llevaron a cabo la primer sublevación que se tenga memoria, fueron sosegados y terminaron ahorcados en los senderos del ingenio.

En Brasil, numerosos negros huían de las explotaciones hacia la selva. Los cimarrones se fueron concentrando y organizando hasta llegar a constituir el reino de Palmares, en pleno Amazonas. La superficie que controlaban llegó a alcanzar un tercio del dominio portugués de la época. Durante todo el siglo XVII resistieron el acoso de expediciones holandesas y portuguesas que intentaron aniquilar a ese mal ejemplo.

Palmares contaba con abundancia de alimentos, porque la producción estaba al servicio de las necesidades, existían policultivos que contrastaban con las explotaciones de los colonizadores, donde predominaba el cultivo de la caña de azúcar, que se producía para abastecer a Europa.

En 1791, estalla una exitosa rebelión negra en Haití que logra abolir la esclavitud y desata la huida masiva de los blancos. Trece años después, constituyen la primera república negra de América, cuya constitución consideraba negros a todos los ciudadanos independientemente del color de su piel.

La resistencia de los oprimidos y la comprobación por parte de los poderosos que la mano de obra esclava no era suficientemente productiva, que las nuevas técnicas necesitaban de una mayor capacitación y que podría ser muy lucrativo la incorporación de millones de consumidores, produjo el fin de la lacra de la esclavitud.

La burguesía criolla

Una vez que se consolidaron en el poder, luego de superado el radicalizado y tumultuoso período de la emancipación latinoamericana, las nacientes oligarquías y burguesías orientaron su voracidad a ocupar la extensión territorial expulsando a sangre y fuego a los legítimos dueños de las tierras.

El promotor de la campaña contra los indios pampeanos así exponía ante el Congreso su plan: “En la superficie de quince mil leguas que se trata de conquistar, comprendida entre los límites del río Negro, los Andes y la actual línea de fronteras, la población indígena que la ocupa, puede estimarse en veinte mil almas, en cuyo número alcanzan a contarse de 1800 a 2000 hombres de lanza... Su número es bien insignificante con relación al poder y a los medios de que dispone la Nación. Tenemos seis mil soldados armados con los últimos inventos modernos de la guerra, para oponerlos a dos mil indios que no tienen otra defensa que la dispersión, no otras armas que la lanza primitiva” (17). El general Roca fue el “héroe” de la denominada “Conquista del Desierto”, un desierto poblado por “veinte mil almas”.

El exterminio de los indios pampeanos fue aprobado por la oligarquía bonaerense. Como consecuencia de ese despojo sangriento, 1843 personas se repartieran 41.787.023 hectáreas de la mejor tierra argentina, entre 1876 y 1903.

El presidente Miguel Juárez Celman, en 1888, justificó con argumentos racistas los “obsequios” efectuados luego del brutal desalojo indígena: “Dicen que dilapido la tierra pública, que la doy al dominio de capitales extranjeros: sirvo al país en la medida de mis capacidades. (Carlos) Pellegrini mismo acaba de escribirme que la venta de 24 mil leguas sería instalar una nueva Irlanda en la Argentina. ¿Pero no es mejor que estas tierras las explote el enérgico sajón y no que sigan bajo la incuria del tehuelche?”.

Esta conducta de la burguesía criolla fue, con algunas diferencias de matices, la que se repitió en cada país americano.

Las películas del lejano oeste invierten cínicamente los roles de quienes fueron los protagonistas del salvajismo. Un líder piel roja, a fines del siglo pasado, reflejó con estas palabras su angustia: “estoy cansado de luchar. Nuestros jefes han muerto... Todos los ancianos han muerto. Hace frío y no tenemos frazadas. Los pequeñuelos mueren de frío. Algunas de mis gentes han escapado a las montañas y no tienen abrigo ni alimento... Quiero tener tiempo de buscar a mis hijos y ver cuantos de ellos han quedado. Acaso los encuentro entre los muertos. Oíd, mis jefes, mi corazón está triste y enfermo. Estoy cansado” (18).

Mientras, el epitafio de la tumba de un puritano del siglo XVII nos recuerda a otros personajes que asolaron otras regiones del continente, en este caso, Tierra del Fuego: “Consagrado a la memoria de Lynn S. Love, quien, en el transcurso de su vida mató a 98 indios que le fueron dados por el Señor. El esperaba elevar esa cifra a 100 antes de fin de año, cuando en su casa, se durmió en los brazos de Jesús” (19).

El aniquilamiento continúa, la rebelión también.

Negros e indios fueron utilizados en la primera línea de combate en la guerra de independencia y en las luchas fratricidas posteriores. Tanto Argentina como Paraguay contaban con una gran población negra hoy casi inexistente, fruto de ese exterminio sufrido al que aportaron también numerosas epidemias.

Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca premio Nóbel de la Paz, afirmó tiempo atrás que: “En los últimos veinte años, he recorrido todos los países con pueblos indígenas. Y por doquier encontré la misma realidad: nadie quiere darnos voz... Hace poco estuve en Canadá: indígenas de esas tierras, fueron despojados de todo por las empresas multinacionales que talan los bosques. Actualmente, hay ocho de estas firmas en plena actividad. Allí pudimos ver lo que está haciendo nada más que una de esas compañías: en un año talaron bosques por una extensión que supera el millón doscientos mil metros cuadrados por lo que serán necesarios doscientos o trescientos años para que esa tierra recupere su ritmo natural”.

No es muy distinto el panorama de los pueblos indígenas de toda América, los sobrevivientes del genocidio continúan hoy sufriendo crímenes, despojos, atropellos y represión cuando intentan manifestarse en defensa de sus derechos.

Durante los primeros años de la gesta emancipadora latinoamericana, los oprimidos vieron que sus reclamos se vinculaban con las causas nacionales. El general Simón Bolívar abolió la esclavitud, Juan José Castelli liberó a los indígenas del Alto Perú de las encomiendas y José Gervasio Artigas redistribuyó tierras entre los pobres.

La opresión que siguen sufriendo indios, negros, mulatos y mestizos no es muy distinta a la que sufren obreros, jornaleros y los millones de marginados. El sistema capitalista, con su versión globalizada, continúa acumulando víctimas.

La lucha por la liberación del sojuzgamiento dependerá de que las crecientes víctimas puedan resistir y El sistema de dominación imperante y los gobernantes funcionales a ese status quo son los responsables del empobrecimiento generalizado, del hundimiento de las economías y de la descomunal entrega del capital social. Ellos son los causantes de que 180 millones de niños, mujeres y hombres latinoamericanos padezcan hambre, miserias, marginación y desesperanza.

Este nuevo aniversario de la llegada europea a tierras americanas, encontrará a los gobernantes de nuestros países nuevamente como los promotores de las celebraciones, no es casual, ellos son los que abren las puertas a la colonización, entregan las riquezas, someten al pueblo trabajador a cada vez mayores sufrimientos y explotación, generan aumento de la mortalidad infantil y disminución del promedio de vida de los más pobres, y eliminan todo rasgo social progresista.

Ayer como hoy la sangre, el sudor y las lágrimas que corren son de los oprimidos.

Fuentes:
- Carlos Marx, El Capital. Libro I.
- Carta de Federico Engels a C. Schmidt, 17/10/1890.
- Pierre Chaund. Seville et l´Atlantique, Paris, 1959.
- Pedro de Cieza de León, La Crónica del Perú Cap. CXV.
- H.J. Hamilton. American Treasure and the Price Revolution in Spain. Harvard University Cambridge, USA, 1934.
- Luis Vitale. Historia Social Comparada de los pueblos de América Latina, Tomo I. Atelí, Punta Arenas, 1998.
- Oscar Pintos Santos, basado en los estudios de H.J. Hamilton. Diario Gramma, La Habana, 6/5/90.
- John Maynard Keynes, Treatise on Money.
- Nahuel Moreno y George Novak. Feudalismo y Capitalismo en la Colonización de América, Buenos Aires, 1972, Ediciones Avanzada.
- Darcy Ribeiro, Las Américas y la Civilización.
- Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI, 1989.
- Ruggiero Romano. Le Rivoluzione del centro e Sudamérica, in Le revoluzioni borghesi. Milán, Fratelli Fabril, 1973.
- Distintas notas publicadas en la Revista Crisis, Primera Epoca.
- Diario Página 12, Buenos Aires, 10/10/92.
- Diario La Nación, Buenos Aires, 13/2/85.
- Diario Clarín, Buenos Aires, 4/11/91.
- Informe del general Julio Argentino Roca al Congreso de la Nación en 1875.
- Citado por Morrison y Commager. Historia de los Estados Unidos.
- H.H.Jackson. Un siglo de deshonra (citado por O. Coggiola en “1492-1992, El capitalismo festeja su senilidad”)


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Universidad Nacional de Entre Ríos
Facultad de Trabajo Social
Economía Política Argentina
Economía Política Argentina y Latinoamericana
TRABAJO PRACTICO Nº 3
Mayo de 2009

UNA VISION CRITICA DE LA CONQUISTA DE AMERICA
BERNARDO VEKSLER
1) Reflexione respecto a las poblaciones respectivas de Europa y América, niveles
tecnológicos y consecuencias económicas, geográficas, políticas y demográficas a los
100 años del descubrimiento.
2) En qué consiste la acumulación originaria del capital y qué relación tiene con el
encontronazo del 12 de octubre de 1492. Desarrolle.
3) Por qué en tan poco tiempo pudieron los españoles extraer tan extraordinaria cantidad de
metales preciosos de América.
4) Relacione el stock de oro y plata en millones de dólares que había en Europa con la
llegada de oro y plata proveniente de América durante la época colonial.
5) Cómo se dio la división internacional del trabajo en ese período y qué aportó cada
continente (América, Europa y África).
6) Cuáles fueron los países que se beneficiaron más, de qué manera y qué roles asumieron
frente a la Revolución Industrial
7) Analice el significado del primer genocidio y otro genocidio lucrativo.
8) Rol de la Iglesia en el Descubrimiento de América.

Semiesclavitud y muerte en España

Un accidente mortal destapó las condiciones infrahumanas en las que vivía un grupo de obreros. Pero sólo fue un botón de muestra de una realidad donde la precariedad y la superexplotación de la que son víctimas muchos inmigrantes abonan la prosperidad de la sociedad europea.
Bernardo Veksler
Madrid. Ahora fueron obreros rumanos y polacos, pero unos días antes hubo portugueses, africanos, chinos y suramericanos involucrados en condiciones de vida y trabajo infrahumanas. El primer mundo también hermana en la desgracia.
Marian y Calin se aferraban a lo poco que tenían, apenas una maleta y una bolsa de plástico donde guardan su ropa y sus casetes para entretenerse en los escasos ratos libres. Junto a otro obrero rumano y uno polaco vivían en los sótanos del edificio que estaban restaurando en la Madrid rutilante y cosmopolita. Llevaban treinta días durmiendo en unos sucios colchones sobre el sucio suelo. A su jefe, se le cayó encima el ascensor que reparaba. Su muerte permitió destapar las condiciones infrahumanas en las que vivían. Y se cumplió con el ritual usual en estos casos: todos los medios de comunicación lo calificaron como un escándalo, decenas de rentados opinadores mediáticos se desgarraron las vestiduras, los sindicatos cumplieron con su cuota de denuncias y las autoridades con sus correspondientes silencios, evasivas y promesas vacuas... Hasta que se destape un nuevo drama y se repita la secuencia.
No es algo excepcional, todo lo contrario. En la turística Málaga se denuncia el trabajo semiesclavo entre el personal doméstico, con jornadas sin límites, sin descanso semanal y hasta sin remuneración. En Almería, que el 75 % de las empresas gastronómicas trabajan con empleados inmigrantes en negro y en condiciones de "semiesclavitud". En Asturias, que la cámara empresaria busca cubrir sus vacantes con trabajadores contratados en Colombia y Portugal, a los que se los someten a jornadas interminables y cobran la cuarta parte de lo establecido por los convenios. En Madrid, que en la construcción existen unos 25.000 obreros trabajando en condiciones de extrema precariedad y clandestinidad. En Murcia, que 300 bolivianos eran empleados en tareas agrícolas y no se les pagaba. En el País Vasco, que detectaron un incremento de obreros inmigrantes en la construcción, la señalización de carreteras o la tala de árboles, que viven "situaciones de semiesclavitud" que sufren graves accidentes en sus puestos de trabajo, y nadie se entera. En la vecina Navarra, prósperos viñateros y agricultores contaban con peones portugueses en condiciones de trabajo esclavo.
Esto que debería avergonzar a cualquier nación y que tendría que generar en los gobernantes medidas urgentes para impedir que esos dramas humanos subsistan, no parece ser un tema prioritario en las agendas oficiales. Como reafirmación de ello, en la edición dominical de El País (2/9/07) se publica una entrevista de cinco páginas al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, bajo el sugestivo título de portada: “Busco una mayoría suficiente para la modernización definitiva de España”, sin que se haya hecho una sola mención al drama de miles de trabajadores que viven en la clandestinidad, superexplotados y semiesclavizados, ni al hecho de ser un país que duplica el porcentaje de su población en la Unión Europea en materia de mortandad laboral y que está ubicado en el primer lugar de esa lamentable estadística. Hace unas semanas, Rodríguez Zapatero, había anunciado la puesta en marcha de una "estrategia de largo alcance" para reducir en un 25% la siniestralidad laboral y afirmó sentirse "orgulloso" de presidir un país donde no se tolera la explotación de los trabajadores inmigrantes.

Una vieja historia
“Los correspondientes datos estadísticos arrojan más de 1.000 muertos, más de 10.000 accidentes graves, más de 660.000 leves y, si se computan incluso los que se producen sin causar baja, más de 1.200.000 accidentes. (..)
Esta situación no la puede permitir una sociedad como la nuestra que se mueve en el contexto de liderazgo económico y social que supone la pertenencia al núcleo de la Unión Económica y Monetaria, la zona del Euro, en la Unión Europea”, esta cita es del texto del Plan de Acción sobre la Siniestralidad Laboral del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, puesto en vigor el 29 de octubre de 1998.
El año pasado, el número de muertos por accidentes laborales ascendió a 1377, pero los especialistas estiman que si se sumaran los ocurridos en la vía pública (de trabajadores en tránsito y de conductores de profesión) y los sufridos por los que laboran en la clandestinidad, esa cifra debería multiplicarse al menos por cuatro. Además, las enfermedades laborales se cobran otras16.000 vidas cada año
Por una sugestiva coincidencia las cifras de negocio de la industria aumentaron a un ritmo del 6,6% durante los seis primeros meses del 2007, y uno de los motores de la economía española, la construcción, cada vez más depende de la mano de obra inmigrante, que ya representa el 67% del total de puestos de trabajo creados por ese sector desde 2000. Pero, estos trabajadores sufren un 13% más de accidentes laborales y un 33% más de siniestros con resultado de muerte que los españoles, por las condiciones de precariedad en que se desempeñan.
Como cada vez que ocurre un hecho que escandaliza coyunturalmente a la opinión pública, los sindicatos hacen anuncios de que impulsarán una activa campaña por las empresas. UGT comenzará a distribuir folletos informativos en distintos idiomas
para que los inmigrantes conozcan sus derechos y CCOO se quejó por la escasez de inspectores de trabajo y exhortó a los trabajadores que sufran esas extremas condiciones a que se animen a denunciar. Pero un trabajador no afiliado que quiera recabar asistencia o asesoramiento en ese sindicato debe primero pagar casi un jornal para ser atendido.
Por acción u omisión existe una cadena de complicidades que hace que esa luctuosa historia tenga asegurada su permanencia en el tiempo.

Publicado en www.argenpress.com.ar 2/9/2007
Colonia criolla en España
Perfiles argentinos

Por Bernardo Veksler

Con la masiva emigración argentina se está constituyendo una inédita provincia ultramarina, donde prevalece una escasa expectativa de retorno.
La cuarta parta del millón de emigrantes decidió radicarse en España. El alto grado de capacitación, que tiene como característica predominante, posibilita la conquista de simpatías y que muchos de sus miembros trasciendan.
El 35 por ciento de los científicos que se fueron del país están aportando sus conocimientos en territorio español.
Entre los que homologaron sus títulos universitarios, los argentinos superaron a los de cualquier otro país.

Madrid.- Las expectativas generadas por el cambio de siglo rápidamente se esfumaron para los argentinos. Crisis y represiones recurrentes provocaron una aguda desesperanza y muchos de ellos volvieron sobre los pasos emprendidos por sus abuelos en la búsqueda de otros horizontes.
En un corto lapso, emigró del país una cantidad de ciudadanos superior a la población de la gran mayoría de las provincias argentinas. Se estima que los argentinos residentes en el exterior rondan el millón de individuos, el doble de los que había cuando se reinstaló la democracia, en 1983. En los despachos oficiales se los empieza a considerar como parte de una eventual provincia ultramarina.
Como dato colateral, cada emigrante, en promedio, remite a los suyos unos 680 dólares al año, ocho veces más de lo que ingresaba por ese concepto en 1980.

La frente se marchita sin volver

Las anteriores migraciones fueron fruto de persecuciones políticas. Los exiliados desde el primer día de su nueva condición ansiaban retornar y así lo hacían cuando cambiaban las condiciones en el país. Nunca se había llegado a las magnitudes actuales y a presentar semejantes características de irreversibilidad.
A pesar de algunos contados retornos y de las afirmaciones oficiales en ese sentido, existen signos de permanencia del fenómeno. Según cifras publicadas por la Dirección Nacional de Migraciones, durante 2004 casi 30 mil compatriotas emigraron, un 45% más que el año anterior.
A partir de 2000, la colonia argentina en España se decuplicó. Entre 1995 y 2000, el promedio de los residentes alcanzaba a 17.068 personas. Luego, la curva se disparó hacia arriba como un corcho de sidra, alcanzando en la actualidad una cifra próxima a los doscientos mil. A principios de 2005 se encontraban registrados 81.878 argentinos en la sede consular de Barcelona, 38.619 en la de Madrid y 30.495 en la de Vigo.
Este notable crecimiento de la comunidad argentina se reflejó también en la evolución de los alumnos inscriptos en el sistema educativo español que pasaron de 7.600 en 2001 a 22.848 en 2004.
Se estima que unos 65 mil cuentan con ciudadanía española, italiana o de otros países europeos. Según los padrones municipales, los que carecen del amparo de la doble nacionalidad son unos 135 mil individuos. Casi la mitad de ellos se registraron durante 2003. Pero las estimaciones de las entidades que representan al colectivo argentino en España elevan la cifra total de residentes a 250 mil personas. Entre los que se cuentan varios miles que no lograron legalizar su situación. En el período de regularización habilitado en 2005 sólo 24 mil argentinos lograron su permiso laboral.
Pese a la precariedad laboral y la incertidumbre que afecta a gran parte de los emigrados, el 95 por ciento de los que se encuentran indocumentados dice sentirse a gusto en la península; el 68 por ciento afirma que no regresaría a la Argentina aunque tuviera trabajo, y sólo uno de cada tres asegura que volvería en el caso de que las cosas en el país mejoren. Tal diagnóstico surge de las 12.100 respuestas recogidas por el censo de ciudadanos indocumentados en España, efectuado por el Ministerio del Interior del gobierno argentino.
Dicho muestreo revela que en la corriente migratoria prevalecen con nitidez los provenientes de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano. En tanto, que en la pintura del emigrado que compone la estadística oficial española, predominan los pertenecientes a la clase media y los que cuentan con estudios superiores, con una edad promedio de 35 años.
Estas características hacen que el común de los españoles los visualicen como cultos, capaces y emprendedores y es el sustento del buen trato que reciben en general los argentinos radicados en la península. En ese sentido, el Centro de Investigaciones Sociológicas dio a conocer, a fines del año pasado, un trabajo conocido como "Latinobarómetro", donde se consultó a 2500 españoles en 49 provincias sobre el país de América Latina por el que siente más admiración. Argentina, con un 20,4%, fue el que encabezó de lejos las preferencias españolas. Muy distantes se ubicaron México con el 5,8%, Cuba 4,5%, Brasil 4,1%, Venezuela 3,8% y Chile, con el 2,4%.

Fuga de cerebros

En 2004, un total de 2.603 profesionales argentinos lograron que su título fuera homologado académicamente. Las “Resoluciones favorables de homologación de títulos extranjeros universitarios”, elaborada por el gobierno español en ese año, revelan que los expedientes de los graduados argentinos encabezan con holgura a los presentados por cualquier otro colectivo proveniente de países de América o de Europa y que, en su gran mayoría, son graduados en medicina, ingenieros y arquitectos.
En ese mismo estudio se incluyen otros datos interesantes. Del total de títulos presentados para ser homologados, el 30 por ciento (casi seis mil) fueron argentinos. Tal cantidad equivale al cuarenta por ciento de los que egresan cada año de la Universidad de Buenos Aires.
Argentina cuenta con la más alta oferta de recursos humanos calificados del continente; como reflejo de ello, unos siete mil de sus científicos se encuentran radicados en el exterior. Un 35 por ciento de ellos despliegan sus conocimientos en España.
El éxodo de cerebros se viene produciendo como un goteo constante y no sólo como consecuencia de la última crisis. Por ejemplo, de cada millar de argentinos que se radicaron en Estados Unidos, 191 fue personal especializado.
El sicoanalista Arnoldo Liberman cree que “la diáspora argentina fue extraordinariamente privilegiada, muchísima gente que vino en el 76 era gente destacada en la vida de Buenos Aires. Traían un aval cultural, ideológico, intelectual, sumamente sólido. Era como si se hubiera seleccionado en la Argentina quien tenía que venir. Fue por la represión, pero, en última instancia, los que vinieron tuvieron un nivel muy sólido. Luego vinieron otras oleadas y tengo la impresión que también hubo gente interesante. Que una persona diga en un momento determinado, yo tengo que ver que pasa en otro lado, ya me parece una inquietud particular, ver que pasa del otro lado de la Luna...”
Además de su abrupta irrupción por tierras hispanas, los argentinos se destacaron rápidamente en el mundo del espectáculo, en el de la publicidad, la literatura, el periodismo, el psicoanálisis, la odontología y hasta en la grafología. Así, se fue generando un consenso del alto nivel de capacidad y labor creativa gestados en el Río de la Plata en tiempos de aguda crisis.
Pero la gran mayoría de los miles de argentinos residentes en tierras españolas escriben su historia cotidiana con esfuerzos y sin estridencias, con la ilusión de prosperar y superar las nostalgias de despedidas no deseadas y tantos afectos distantes.




Publicado en www.argenpress.com.ar 7/8/2006

Morir en Madrid

España ostenta el triste récord de encabezar la siniestralidad laboral de la Unión Europea. Con una frecuencia inusitada y una notable indolencia, la mortandad obrera crece. Diariamente se registran cuatro casos fatales, pero si las estadísticas fueran más fieles ese drama cotidiano estaría más cerca de la tragedia iraquí que del aparente paraíso europeo.
Por Bernardo Veksler
(Madrid).-Todas las mañanas, en las proximidades de Atocha, se concentran inmigrantes de diversos orígenes, una simple mirada permite detectar una mayoría de jóvenes morenos, en cuyas miradas se perciben las extrañezas del recién llegado, otros aparentan ser curtidos hombres bolivianos, del Este europeo o marroquíes. Con sus bolsos a cuestas esperan entre penumbras. A eso de las 5, aparecen dos camionetas y un camión, empiezan los gritos y murmullos de una medieval transacción. Algunos hombres señalan y los elegidos suben a los vehículos, hacinados partirán momentos después a comenzar su jornada laboral en algún desconocido lugar. Unos cuantos seguirán esperando, sin tener certeza de encontrar sustento para ese día. Así, en numerosos puntos de ciudades y pueblos de España, se concreta cotidianamente esas tercermundistas contrataciones laborales. Sus principales destinos: obras de construcción y tareas agrícolas.
La siniestralidad laboral ha aumentado un 50 por ciento entre los colectivos con mayor desprotección. El 40 por ciento de los accidentados son inmigrantes (cuando sólo constituyen el 10% de la población), los que, en busca de la prosperidad soñada, se someten a jornadas interminables, ritmos de trabajo insostenibles y a la precariedad laboral más absoluta. El sólo hecho de contar con un contrato temporal triplica las posibilidades de sufrir un accidente laboral. En la construcción se concentra el 58 por ciento de los asalariados con ese tipo de relación contractual y el 25 por ciento de los accidentes, según informaron los sindicatos del sector. La diferencia en cuanto a siniestralidad laboral entre trabajadores precarios y fijos se percibe especialmente en el sector de la construcción, donde la temporalidad afecta al 57,82 por ciento de los asalariados. Esta situación está provocando que a diario fallezcan en su centro de trabajo una media de cuatro trabajadores, de los cuales uno es de la construcción, y que más de 40 sufran accidentes graves.
Hace unos días, en una obra de Madrid, un joven obrero búlgaro cayó al vacío por un hueco sin protección, desde una altura de diez metros, se golpeó con hierros, maderas y bloques de cemento, y murió en el acto. Sus compañeros, lejos de acudir en su auxilio, huyeron despavoridos. Temían perder el empleo si eran detectados por las autoridades. Esta actitud denotó que trabajaban para un subcontratista de tercera o cuarta derivación, presumiblemente en negro e incumpliendo de las normas laborales.
Líder en siniestralidad
España sigue siendo el país de la Unión Europea con mayor tasa de precariedad, que con el gobierno de Zapatero no ha parado de subir, del 30 al 34 por ciento en dos años. También es donde más se ha incrementado la siniestralidad y se ubica en el primer lugar de una nada envidiable lista, al registrar el 20 por ciento de todos los accidentes de estos 15 países (su población sólo representa el 11,6 por ciento). Según la UGT, la media de trabajadores muertos alcanza al millar por año, pero en 2006 alcanzó a 1377.
Esas cifras son sólo la punta de un inmenso iceberg. Si se reconocieran en las estadísticas oficiales todos las muertes que tienen su origen en enfermedades o accidentes laborales, se estaría hablando, no de 4, sino de 28 muertos diarios, según un estudio efectuado por el sociólogo industrial Jesús Paniagua Pérez.
El sector de construcción, que en un 99 por ciento está integrado por pequeñas y medianas empresas, es el que concentra mayor riesgo de siniestralidad. Además los responsables están perfectamente identificados, ya que existen unas 30.000 empresas que concentran casi el 48 por ciento de la mortandad laboral, a pesar de lo cual las medidas que se toman son imperceptibles. Por otro lado, sólo en el 15 por ciento de los casos se instruyen procedimientos por homicidio en accidente laboral, el resto queda en la impunidad y constituye un incentivo para que esta calamidad se siga reproduciendo.
La descentralización productiva conlleva necesariamente una traslación de los riesgos laborales hacia empresas piratas cuyos empresarios se aprovechan del incumplimiento de todas las normas de seguridad. Los empresarios siguen burlándose de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales mientras continúan degradando el mercado de trabajo, en el que persiste una alta precariedad laboral, ya que diez de cada once contratos celebrados en España son temporales, afirma Paniagua Pérez.
El número de muertos en accidente laboral durante el primer trimestre de 2007 ascendió a 317, de los que 227 perdieron la vida en el puesto de trabajo y 90 en el viaje de ida o vuelta a su casa, según el Boletín de Estadísticas Laborales (BEL) del Ministerio de Trabajo.
En toda España
Esto ocurre bajo un gobierno socialista, pero en el ámbito regional independientemente de quien gobierne el proceso es idéntico. En Madrid, conducido por el PP, hasta mediados de junio, murieron 54 obreros. La estadística indica que cada tres días fallece un obrero en Madrid. La construcción es el sector que soporta las tasas más elevadas de siniestralidad, el 55,41 por ciento. La prisa por concluir algunas obras faraónicas antes de las elecciones, impuso un precio adicional que fue pagado por los obreros, Comisiones Obreras denunció que se habían producido 1068 accidentes laborales, nueve de ellos mortales, en las obras de la circunvalación madrileña desde su inicio.
En Cataluña, gobernada por los socialistas, el total de accidentes laborales registrados en 2006 fue de 162.979, frente a los 152.674 del año anterior. Los casos mortales registrados en 2006 fueron 143, un 34,5 por ciento más que en el año anterior.
En Extremadura, gobernada desde siempre por los socialistas, a pesar de que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales ha cumplido más de una década, los siniestros laborales no dejan de crecer, el número de accidentes ha crecido un 90,76 por ciento, en ese período, incluyendo las enfermedades profesionales.
16.000 muertos al año
En un accidente la relación de causa-efecto entre el régimen de trabajo y la lesión es evidente. En el caso de las enfermedades profesionales no es así porque operan a más largo plazo. Las enfermedades debidas al trabajo están adquiriendo una mayor presencia entre la clase obrera. Están provocando numerosas lesiones y fallecidos entre la población ocupada. Algunas patologías de origen laboral no están reconocidas. Según los datos de Eurostat, la tendinitis, la dermatitis, la pérdida auditiva, las alergias respiratorias, los trastornos musculoesqueléticos, la silicosis y la asbestosis son las enfermedades profesionales más comunes y que afectan a mayor número de obreros. El estrés entre los obreros es el segundo problema de salud en la Unión Europea: un tercio de los obreros europeos padece estrés laboral, que es uno de los motivos por los que los trabajadores solicitan una baja temporal. Entre las quejas más comunes de los trabajadores se encuentran el gran número de horas trabajadas, los plazos ajustados para realizar las tareas, así como la rapidez para acabarlas en el tiempo convenido.
El responsable de salud laboral y medio ambiente de CCOO, Joaquín Nieto, presentó recientemente las conclusiones del informe sobre el impacto de las enfermedades laborales, que ha sido elaborado por catedráticos universitarios y contó con la colaboración del Ministerio de Trabajo. Entre las conclusiones obtenidas destaca que el 64 por ciento de las enfermedades laborales de los trabajadores no son reconocidas como tales y se tratan como afecciones comunes. Según el registro oficial del 2004 -último año del que hay datos-, en España se producen al año cerca de 30.000 casos de enfermedades profesionales, cuando la cifra más exacta está aproxima a 80.000.
El 94 por ciento de los trabajadores que fallecen por causas laborales lo hacen a raíz de una dolencia que han contraído en su propio empleo. Solo el 6 por ciento muere fruto de un accidente de trabajo. El estudio revela que en España mueren 16.000 personas al año por enfermedades laborales aunque los registros oficiales apenas si se reconocen unos pocos casos.
Los representantes sindicales defienden fervientemente que el estricto cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos lograría frenar la elevada siniestralidad. CC.OO aboga porque se destine todo el dinero de las sanciones a prevención de accidentes y la UGT reclama la creación de una fiscalía especial sobre salud y seguridad en el empleo, que tenga en cuenta la realidad del mercado laboral y la degradación de las condiciones de trabajo.
La opinión pública parece haberse acostumbrado a esos dramas cotidianos sufridos por los trabajadores en función de la prosperidad social y los buenos negocios. Mientras los líderes sindicales reiteran estudios y estadísticas, difunden denuncias y gestionan desde sus escritorios, la voracidad empresaria continúa cobrándose vidas sin que tanta tragedia logre conmover a las autoridades.










5000 accidentes fatales diarios en el mundo
Según el último informe publicado, en 2002, por la Organización Internacional del Trabajo, cada año en el mundo 270 millones de trabajadores son víctimas de accidentes de trabajo y 160 millones contraen enfermedades profesionales. El estudio revela que la cantidad de obreros muertos en su puesto de trabajo supera los dos millones por año, unos 5.000 trabajadores al día, y estas cifras están por debajo de la realidad.
En el XVII Congreso Mundial sobre seguridad y salud en el trabajo, celebrado en Orlando (Estados Unidos) a finales de septiembre de 2005, la OIT afirmó que en varios países industrializados, más de la mitad de las jubilaciones son anticipadas o se vinculan a la concesión de pensiones de discapacidad, y no a que los trabajadores alcancen la edad normal de retiro. Los capitalistas tratan de alargar la edad de jubilación cuando cientos de miles de trabajadores llegan al final de su vida desgastados, extenuados, mutilados, arruinados, sin poder disfrutar de los últimos años de su vida. Si bien la esperanza de vida ha aumentado, se traduce también, debido a las secuelas de la explotación, en un estallido de enfermedades del jubilado: cáncer, afecciones cardio-vasculares, depresiones, ataques cerebrales, artrosis, deficiencias sensoriales y demencias seniles, entre otros.

Publicado en www.argenpress.com.ar el 19/6/2007

La depresión del invierno

Con los primeros fríos, muchas personas comienzan a sentirse presos de un clima de desasosiego y pesadumbre, que puede desembocar en un cuadro depresivo. En esos días se duplican las consultas a los psicólogos por esta causa.
Este trastorno aparece durante la etapa adulta y se presenta en las mujeres con una frecuencia cuatro veces mayor que en los hombres.


Por Bernardo Veksler

La extensión de las horas nocturnas termina por afectar al organismo, porque este no termina de acostumbrarse a la disminución de la luz solar. Las consecuencias se visualizan en un mayor deseo de dormir, en una falta de motivación y en una cierta tendencia a la ira. Quien sufre este síndrome nota un incremento de su apetito con ansias de ingerir sobretodo hidratos de carbono y platos dulces, lo que se traduce inexorablemente en un aumento de peso durante el invierno.
Es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por un cuadro depresivo. La ciencia lo explica por una mayor producción de melatonina, una hormona muy influenciada por la luz solar. El efecto producido por la llegada del otoño es conocido con la sigla TAE (Trastorno Afectivo Estacional) o SAD (en inglés, Season Affective Disorder).
A medida que nos acercamos a los polos, esta afección tiene una incidencia mayor sobre la conducta de hombres y mujeres. Una de cada cinco personas que viven en esas latitudes puede sufrirla. Desde hace varias décadas, se investiga en Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia y Estados Unidos los efectos de la prolongada noche invernal. Se intenta dilucidar las consecuencias que genera en el organismo humano esos cambios dinámicos entre el día y la noche. Además de los síntomas mencionados anteriormente, se pudo determinar que el TAE dificulta la concentración y hace que los pensamientos fluyan con más lentitud, con una tendencia a sentirse desdichado y desmotivado.
El doctor Alfred Lewy, de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon, consideró que “la depresión invernal es una suerte de desfasaje en el que los ritmos cotidianos de la gente dejan de corresponder cada vez más al tiempo del reloj conforme se demora el amanecer. En medio del invierno la gente con esta afección se siente como si la obligaran a despertarse horas antes de que sus cuerpos estén dispuestos”.

Ayuda otoñal
Los principales episodios depresivos comienzan hacia fines del otoño y primeros meses del invierno y desaparecen durante los meses de verano. La edad promedio de aparición es alrededor de los 23 años y se presenta en las mujeres con una frecuencia mayor que en los hombres.
A partir de las primeras semanas de octubre, los terapeutas comienzan a recibir un notable aumento de las demandas de ayuda. “En el resto de las afecciones (problemas sexuales o alimentarios, ansiedad, etc.) no se manifiesta un crecimiento de las consultas, en cambio, en temas vinculados a la depresión, sí. Sobre veinte pacientes es normal que existan dos o tres casos, pero al llegar el otoño los afectados se duplican”, afirma la psicóloga clínica Eva Sandez de La Coruña, un punto neurálgico de España, dado que por su latitud se puede presumir una mayor incidencia del TAE.
La terapeuta señala que muchos de sus pacientes tienen una depresión más estable, crónica, pero “al llegar los meses de octubre y noviembre consultan con mayor frecuencia. También se producen numerosos pedidos de asistencia por primera vez”. Sandez describe los principales síntomas que manifiestan: “cansancio, tristeza y mucha ansiedad que se refleja con fastidio por el trabajo o malestar en la vida de relación. Esto se origina en los cambios que el clima introduce en la vida de las personas”. El 80 por ciento de los que requieren de su asistencia profesional son mujeres, con una clara preeminencia de las mayores de 50 años.

Aislamiento y soledad
A este tipo de depresión orgánica se suma la de carácter psíquico, cuya mayor presencia también se manifiesta en la época invernal. El aislamiento, la disminución de los contactos sociales y una vida familiar mucho más intensa, hace que aparezcan conflictos de convivencia, que en el verano tienen menos oportunidades de surgir. La soledad también tiene una dimensión mayor.
La finalización del período estival produce el deprimente efecto de pensar que todo lo bello de la vida ha terminado, al trocar viajes, aventuras y la libertad de las vacaciones por el rigor de los compromisos laborales. El psicólogo Arnoldo Liberman señala que “hay una relación entre lo que significa la retracción vital y el invierno que produce una mayor exigencia en lo laboral Al pasar de una situación donde todo estaba negado como realidad hostil, a tener que asumirla como tal... Al finalizar las vacaciones uno se encuentra otra vez con las circunstancias y con una rutina, que son las que juegan el verdadero partido. El verano es una especie de regalo que nos han hecho, pero en el fondo es una mentira”.
En esta parte del mundo el invierno se inicia con el fin de año. Una época propicia para hacer evaluaciones sobre el período que finaliza, un balance de logros y fracasos, de pérdidas y rupturas, de anhelos y frustraciones que pueden aportar su cuota adicional de crisis. Asimismo, las necesidades de evasión canalizadas en los festejos, a gran parte de la sociedad le provoca un aumento de las dificultades económicas y ahogos financieros, que hace que la “cuesta de enero” agregue una carga extra a su salud mental.

Los tratamientos
Los tratamientos más recomendados para el TAE incluyen fototerapia, psicoterapia y medicamentos antidepresivos.
Las aplicaciones de luz artificial pueden ser incluso una alternativa a los medicamentos. Las lámparas para el tratamiento son pequeñas y muy fáciles de llevar a cualquier lugar. Los tamaños han disminuido notoriamente, pues ahora se fabrican con pequeñas ampolletas incandescentes, capaces de producir gran luminosidad. La luz se debe aplicar por la mañana, durante media hora. Basta con ponerla a una distancia de 30 a 60 centímetros de la persona, en un ángulo de 45 grados, de manera que los ojos no reciban la luz en forma directa. Si bien en España no se cuenta con estadísticas, porque aún son escasos los centros médicos que aplican esta técnica, en Estados Unidos los reportes sobre sus beneficios son contundentes.
Sandez confirma esta afirmación: la inmensa mayoría de los terapeutas “no utilizamos la fototerapia artificial, nosotros recomendamos paseos para absorber la luz solar de una forma natural, una o dos horas al mediodía”.
Con respecto al tratamiento, “al principio tenemos dos sesiones semanales de una hora y después, durante dos meses, una vez a la semana, luego, un simple seguimiento. Se completa el tratamiento con medicamentos antidepresivos y ansiolíticos, y se notan mejoras, que se reafirman cuando llega la primavera. Tal es así, que en verano hay muy pocos casos de depresión”.
En general los especialistas aconsejan que los pacientes deben saber que no son los únicos afectados y que lo peor que puede hacer un deprimido es postrarse en una cama. Encontrar vías de socialización, esforzarse en mejorar la convivencia familiar y el diálogo con su pareja y con sus hijos, es una alternativa. Otra opción es el deporte, que aporta vínculos personales, descarga agresividad y enriquece el estado de salud psicofísico.
Ante la aparición de los primeros síntomas o la evidencia de un cuadro depresivo, la soledad es la peor de las compañías.






Arnoldo Liberman (psicólogo):

“Se puede entrar en depresión sin que nada en el entorno lo justifique”

“La depresión tiene múltiples facetas. Una de ellas es la tristeza, la pérdida de capacidad vital, hay una reducción intelectual muy significativa”, explica el psicólogo Arnoldo Liberman, y agrega: “en su esencia es agresividad que uno se ha tragado, que no la ha podido manifestar plena y libremente. No es matemático, pero es fácil de ver que cuando un depresivo puede descargar su agresividad mejora su estado”.
El terapeuta señala que “hay distintos tipos de depresiones. Están las que tiene que ver con reacciones frente a circunstancias, otras tienen que ver con inexplicables razones orgánicas. Un ser puede estar en un momento muy bueno de su vida y entra en depresión, aunque no haya nada en su entorno que lo justifique. Las que se producen por pérdidas, por conflictos, la muerte de un ser querido, mal o bien pasa un tiempo y se elabora. Hay otras que son fondos depresivos, no tienen que ver con aspectos anecdóticos concretos, tienen que ver con que ese ser humano tiene un fondo melancólico, en función de una infancia que habrá que investigar en sus razones primarias, que puede durar toda la vida”.


La melatonina

La melatonina es una hormona sintetizada producida principalmente por la glándula pineal, y participa en una gran variedad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos. Una de las características más salientes es su variabilidad a lo largo del ciclo del día.
El cuerpo produce esta sustancia, conocida como la hormona del sueño, en mayores cantidades cuando hay oscuridad. Por una condición genética, algunas personas reflejan una mayor sensibilidad ante la menor cantidad de horas de luz. Al llegar la noche, la glándula pineal produce melatonina, una hormona que induce a la somnolencia. Con la presencia de la luz matinal, la glándula deja de producirla, lo que lleva al despertar. Esto explica por qué en verano es más fácil levantarse rápidamente y con mayor energía, mientras que en invierno se siente más pereza por las mañanas.
En los seres humanos se produce una síntesis constante de melatonina que disminuye abruptamente hacia los 30 años de edad. Estudios recientes observan que esa hormona tiene, entre otras funciones, la de disminuir la oxidación, por esa razón, la alteración de su cantidad casi siempre va acompañada de efectos psíquicos, como insomnio y depresión.
Las investigaciones en fotobiología demuestran que una carencia crónica de luz puede, además de depresión, producir otras alteraciones de la salud como estrés, ansiedad, cefaleas, mareos, fatiga crónica, raquitismo, inapetencia sexual, impotencia e infertilidad.
En algunos alimentos (avena, cerezas, maíz, vino tinto y arroz) se pueden encontrar precursores de la melatonina.





La humanidad se enferma de depresión

La depresión ya es la dolencia con más impacto social en los países ricos, aunque las enfermedades cardiacas son la primera causa de muerte, advierte un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), difundido, a finales del año pasado, por la revista científica electrónica PLoS Medicine.
La depresión unipolar seguirá siendo en el 2030 la enfermedad con un mayor impacto social. "Menos de la mitad de los episodios de depresión mayor se diagnostica correctamente en los países de ingresos elevados, y sólo la mitad de los que se diagnostican recibe un tratamiento eficaz", señaló Colin Mathers, epidemiólogo de la OMS y coautor de la investigación.
La futura evolución de la depresión viene determinada en gran parte "por el crecimiento y el envejecimiento de la población, más que por un deterioro de las condiciones de vida", afirmó Mathers. Para reducir el impacto de la depresión –aseguró-, "será importante mejorar la disponibilidad de tratamientos efectivos contra la depresión, pero también reducir el estigma en torno a las enfermedades mentales".
La OMS prevé un incremento de la depresión a escala global, que se situará en segundo lugar detrás del SIDA en años de vida perdidos o vividos con discapacidad.
Estos datos fueron presentados como una actualización del histórico estudio Impacto Global de la
Enfermedad, publicado por la OMS en 1997, que hizo una prospección de las tendencias de salud global hasta el 2020.


Publicado en la Revista Psychologies, editorial Hachette, Madrid, diciembre 2007.